Han pasado unos cuantos años, si bien Leny estaba ahí inmerso en sus polifacéticas ideas, un polímata aglutinando experiencia y conocimientos, asimilando cambios profundos en su vida y en su entorno, le costaba expresar y manifestar libremente su grito interior, ese mini-caos en forma de agujero negro que atrapaba todo haz de pensamiento, impulso de acción o emoción, como el eco de un chillido que rebota infinitamente en las mismas paredes de un habitáculo sin poder escapar a otra dimensión, sin saber siquiera si esa otra dimensión existe.
Leny ha decidido regresar, es posible que quisiera hacerlo durante mucho tiempo, o incluso que ni siquiera se hubiera planteado desaparecer, más aún, quizás una fuerza superior le retenía entonces o le impulsa ahora a retomar su voz, a volver a la escena sin ni siquiera él saberlo, qué se yo. De cualquier modo, hic sumus iterum (aquí estamos otra vez) o mejor dicho, atreverse es hacer.
En una decena de años y algunos más, con múltiples cambios profundos y vivencias increíbles -una pandemia mundial de por medio, desastres naturales, pérdidas, guerras sin precedentes, mundo dividido- el progreso tecnológico nos ha traído una cuarta ola evolutiva sin precedentes, corto se quedó Alvin Toffler cuando publico «la Tercera Ola» en 1979, no imaginaba una IA, ni una inmersión tan profunda del ser humano en las redes sociales como para convertirlas en parte de sí mismos; de hecho la globalización que predecía ya parece que incluso se empieza a revertir o a ser atacada por muchos, donde las naciones y los grupos sociales tienden ahora a bipolarizarse de modo extremo. Aquí debe puntualizase que el bueno de Alvin se refería a una globalización puramente económica no así a la política, que podríamos malinterpretar y no deja de ser un globalismo, donde la élite mundial y política intenta controlar el mundo, las personas, la economía en general… totalmente contrario a la descentralización de poder que supone una globalización económica.
Fijaos que sólo hablo de progreso tecnológico, esa es la verdadera libertad que ofrecen la ciencia y la tecnología para permitir al ser humano la posibilidad de evolucionar sociológicamente, políticamente, culturalmente, … pero dije ‘permitir’, puesto que debido al libre albedrío que poseen los humanos es su decisión utilizar un arma poderosa, para hacer el bien, el mal o simplemente para no hacer nada o hacer el imbécil (tampoco confundir la palabra ‘progreso’ del que hablan los políticos para que suenen bien, sin tener ni idea de lo que eso significa, haciéndola suya, usándola falsamente sin aportar lo que realmente importa, los hechos, la historia, esas pruebas inmortales que muestran como aquellos ideales que se autodenominan ‘progreso’ no han traído más que miseria, odio, guerras y hambrunas… pero este es otro tema para tratar no aquí sino en otros foros, nos estamos desviando entre estos paréntesis…).
Leny, al ser un polímata interesado en múltiples materias -tecnologías de la información, cloud computing, big data, machine learning e IA, economía, trading, astronomía y ciencias del espacio y la física, naturaleza, historia política, esencia del espíritu, ciencias esotéricas, etc. tenía ante sí muchos petabytes de información sobre todas esas áreas de estudio e interés, le costaba mucho centrarse, seleccionar, diseccionar separando el grano de la paja. Paradójicamente, el big data es lo que necesita la inteligencia artificial para que funciona y sea eficiente, un algoritmo de aprendizaje automático (machine learning) sólo podrá estar bien diseñado para realizar predicciones lo más acertadas posibles si se han utilizado muchos datos durante su aprendizaje y testeo. Sin embargo, en las personas, tanto dato, tanta información puede bloquear, descentrar, es lo que se conoce como infodemia masiva, aunque se trata de un concepto acuñado por las propias élites que controlan el mundo, precisamente para alertar de la desinformación o información falsa (vaya Vd. a saber, como si la única información correcta fuera la suya, la de los líderes), si lo extrapolamos al hecho de la ingente cantidad de información que se nos presenta y que debemos filtrar y seleccionar, es fácil que exista un «sesgo» que cada uno aplique según su percepción de la realidad, sus creencias, su forma de pensar, su religión, sus atracciones o aficiones, … Para aquellos como Leny, donde ese sesgo se ve comprometido continuamente, donde el mundo es matemático, científico, empírico y espiritual a la vez y cualquier idea se somete a un análisis exhaustivo, ese sesgo se analiza y no se da por hecho …. «Fíjate este hecho, esto otro es así, pero resulta que aquello no, ¿cómo puede ser? ¿y si fuera de esta manera?, fíjate en ese dato, no encaja…y si ..y si..»
Welcome aboard Leny.